El agua tiene peso, por lo tanto, ejerce presión. A mayor profundidad, mayor presión.
A nivel del mar, la presión atmosférica alrededor nuestro es relativamente constante. Esta presión es una referencia estándar en cuanto a la medición de presión, a la cual se hace referencia como una atmósfera de presión (1 bar/atm). Al descender bajo el agua, la presión aumenta una atmósfera por cada 10 metros de profundidad. Dado que, como buzos nuestro cuerpo soporta la presión atmosférica, generalmente se agrega a la presión ejercida por la columna de agua. Así, a 10 metros de profundidad la presión total ejercida es de 2 atmósferas (2 bar/atm), es decir, 1 atmósfera de aire y 1 atmósfera de agua. A 20 metros de profundidad la presión ejercida es de 3 atmósferas, es decir, 1 atmósfera de aire y 2 de agua, y así sucesivamente.
Nuestro cuerpo esta compuesto principalmente por agua, por lo que los cambios bruscos de presión no afectan a nuestro tejido. Esto se puede comprobar si se llena un globo de agua y luego se le lleva al fondo de una alberca. Dado que el agua dentro del globo distribuye la presión circundante del fondo de la alberca de manera uniforme, nuestro cuerpo no sufre cambios al descender a profundidades.
Sin embargo, nuestro cuerpo contiene espacios de aire, los cuales si se verán afectados por la presión bajo el agua. Dado que el volumen del aire contenido en dichos espacios disminuye a medida que aumenta la presión del agua, es necesario añadirles una cantidad de aire capaz de igualar su volumen original en la superficie. Esta acción se conoce como compensación.
Los espacios de aire que mas nos afectan al bucear son la nariz, los senos nasales, los pulmones y el espacio creado entre nuestra cara y la mascara de buceo.
Para compensar los oídos y senos nasales durante el descenso, los buzos utilizan una técnica conocida como la Maniobra de Valsalva (llamada asi por el medico italiano Antonio Maria Valsalva), la cual consiste en taparse la nariz y soplar suavemente. Dicha acción permite que el aire de los pulmones sea dirigido hacia los oidos y senos nasales, igualando la presión de estos con la presión circundante bajo el agua. Se debe compensar cada metro de manera regular y en caso de presentarse molestias, se debe ascender un metro, o hasta que las molestias desaparezcan, y volver a compensar.
La compensación de la mascara de buceo se realiza exhalando por la nariz durante el descenso, de lo contrario la mascara comienza a oprimir la cara del buzo.
Para compensar los pulmones, simplemente se debe cumplir la regla numero uno del buceo con equipo autónomo: Respirar continuamente y nunca aguantar la respiración. Aguantar la respiración al usar equipo autónomo de buceo puede resultar en una sobre expansión pulmonar, la lesión mas grave que puede ocurrirle a un buceador.A nivel del mar, la presión atmosférica alrededor nuestro es relativamente constante. Esta presión es una referencia estándar en cuanto a la medición de presión, a la cual se hace referencia como una atmósfera de presión (1 bar/atm). Al descender bajo el agua, la presión aumenta una atmósfera por cada 10 metros de profundidad. Dado que, como buzos nuestro cuerpo soporta la presión atmosférica, generalmente se agrega a la presión ejercida por la columna de agua. Así, a 10 metros de profundidad la presión total ejercida es de 2 atmósferas (2 bar/atm), es decir, 1 atmósfera de aire y 1 atmósfera de agua. A 20 metros de profundidad la presión ejercida es de 3 atmósferas, es decir, 1 atmósfera de aire y 2 de agua, y así sucesivamente.
Nuestro cuerpo esta compuesto principalmente por agua, por lo que los cambios bruscos de presión no afectan a nuestro tejido. Esto se puede comprobar si se llena un globo de agua y luego se le lleva al fondo de una alberca. Dado que el agua dentro del globo distribuye la presión circundante del fondo de la alberca de manera uniforme, nuestro cuerpo no sufre cambios al descender a profundidades.
Sin embargo, nuestro cuerpo contiene espacios de aire, los cuales si se verán afectados por la presión bajo el agua. Dado que el volumen del aire contenido en dichos espacios disminuye a medida que aumenta la presión del agua, es necesario añadirles una cantidad de aire capaz de igualar su volumen original en la superficie. Esta acción se conoce como compensación.
Los espacios de aire que mas nos afectan al bucear son la nariz, los senos nasales, los pulmones y el espacio creado entre nuestra cara y la mascara de buceo.
Para compensar los oídos y senos nasales durante el descenso, los buzos utilizan una técnica conocida como la Maniobra de Valsalva (llamada asi por el medico italiano Antonio Maria Valsalva), la cual consiste en taparse la nariz y soplar suavemente. Dicha acción permite que el aire de los pulmones sea dirigido hacia los oidos y senos nasales, igualando la presión de estos con la presión circundante bajo el agua. Se debe compensar cada metro de manera regular y en caso de presentarse molestias, se debe ascender un metro, o hasta que las molestias desaparezcan, y volver a compensar.
La compensación de la mascara de buceo se realiza exhalando por la nariz durante el descenso, de lo contrario la mascara comienza a oprimir la cara del buzo.
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